Julieta No Capuleto
3 min readJan 30, 2021

Te escribo esto

Escribo esto porque sé que nunca lo vas a leer y que tampoco te interesaría leerlo. Escribo esto porque sé que, si te lo digo, ya no voy a escuchar más esa risa al otro lado del teléfono y voy a recibir en su lugar un bufido de frustración.

Escribo esto porque siempre fui una persona que trabajaba de matar demonios, algo así como un cura especializado en exorcismos, pero de una religión lejana que no tiene ninguna de esas reglas que tiene cualquier cosa que se haga llamar religión. Me gustaba matar demonios, pero al final siempre se me terminaban metiendo adentro, y me tenía que hacer cortes en la piel para sacarlos afuera. Cada expulsión me dolía por años, hasta que decidí que ya nadie podía obligarme a hacer ese trabajo. Ahí fue cuando te conocí y me di cuenta de que eras todo demonios, y pensé “qué lindo sería poder asesinarlos a todos, como en los viejos tiempos”. Volver a sentir que esa era mi misión en el mundo: asesinar los demonios de los otros. Me acerqué despacito y tus demonios me tiraron para atrás, aunque tus manos, que seguían siendo tuyas y no de esos seres satánicos, me querían agarrar.

Escribo esto porque siempre quise quedarme, pero no te lo dije. Escribo esto porque te dije todo lo contrario, aunque me contradije tantas veces que terminaste pensando que tal vez yo no era ese ángel que habían mandado para pelear con tus demonios, que capaz yo era una especie de Judas que solamente iba a lastimarte. Así que, por las dudas, me lastimaste vos. Y yo te dije que yo no soy persona de demonios, que nunca lo fui y que jamás quise quedarme.

Escribo esto porque sigo lejos, pero volvimos a acercarnos de nuevo. Y te dejé en claro que yo no tengo nada que ver con tus demonios, porque es la única forma de salvarme a mí. Pero escribo esto porque la verdad es que me encantaría estar encargándome de ellos. Y no te lo puedo decir, solamente te puedo decir que te quiero y nada más, porque tengo miedo de que tus demonios me tiren para atrás de nuevo y me manden tan lejos que jamás te pueda volver a encontrar.

Te escribo esto porque me dijiste que te cortaste el pelo mientras hablábamos por teléfono, y ni siquiera te pude pedir una foto, porque tenía miedo de verte y sentir la necesidad de abrazarte otra vez. Aunque para vos el amor sea algo malo y tus abrazos sean raros. Al menos te pude decir que el pelo largo te quedaba lindo, y por suerte no huiste en la conversación, desesperado por no complicar las cosas.

Te escribo esto para decirte que pasaron casi dos años y todavía me siento mal porque las cosas no funcionaron. No sé por qué resurgió todo esto, capaz que porque te cortaste el pelo. Siempre me gustó tu pelo largo, gracias a él me di cuenta de que estabas compartiendo tus sueños y pesadillas con otra persona, cuando me hablaste de esa vez en que te dije que me gustaría hacerte una trenza cosida, y yo pensé que yo no podía haber dicho eso, porque no sé hacer trenzas.

El pelo corto tal vez te haga otra persona, con una vida en la que yo no tengo lugar y con unos demonios que otra va a sanar, espero que sin romperse la piel. Yo, por mi parte, tengo que aniquilar los míos, y empezar a conocer ángeles.